Las oportunidades que te da la vida..

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 Las decisiones que tomamos sobre las oportunidades que nos brinda el día a día, esas decisiones pueden cambiar nuestro futuro para mejor, o para peor.
Des de muy pequeño mis padres me hablaron de estas oportunidades, en la que ellos las comparaban con trenes que van pasando y tu decides si subirte o dejarlo ir.
He querido indagar en este tema y profundizar en el para encontrar respuestas para mi mismo y de paso por que no, ayudar también a la gente que quizás se encuentre como yo.
Hay algo que es fundamental en este tema y es la típica frase que puedes escuchar en cualquier sitio y en cualquier momento ”No hay que dejar escapar los trenes”. En lo que llevo de vida (que corta es) he entendido a la perfección el significado de esa frase, fundamentalmente porqué me he subido a unos cuantos trenes, otros se me han escapado... Y otros... En los que me tiraron de el cuando iba en marcha...Imaginaos el simple hecho de en la vida real que te tiren de un tren mientras vas hacia un destino al que creías que ibas a llegar.(Supongo que a todos alguna vez nos lo han hecho, en la comparación en temas de amor, trabajo, etc.)
Esta es mi versión sobre los trenes que pasan:

No dejes escapar un tren, suelen pasar solo una vez... Pero quizás tienes la suerte de que pase otro y entonces quizás decidas subirte, o quizás no, sea por lo que sea: has llegado tarde, estabas inseguro/a, consejos de la gente o familia que te han hecho tirar hacia atrás, etc.
¿Pero un tercer tren? Eso es jugársela demasiado y quizás ese tercer tren que esperas ya no pare más. Personalmente jamás he creído en que una oportunidad se repita más de una vez, por eso quizás en cuanto he tenido una oportunidad me he lanzado a la piscina, aún sin saber si habría agua dentro de ella.
Sigamos con el tema de los trenes. Pueden haber rápidos y lentos. Un tren rápido, es muy probable que descarrile, pues las vías tienen sus curvas y si vas demasiado rápido descarrilas. Eso le pasa a la gente impaciente, que se desespera al no ver que no consigue lo que quiere, que no llega lo que anhela. En cambio si un tren lento va por esa misma vía, sabe que llegará a su destino, a más añadiremos que disfrutará mucho más del paisaje, disfrutará del momento. Y cuando llegue a su meta (o estación) mirará des de donde salió y verá que todo el esfuerzo, todo el sufrimiento, toda la paciencia que ha tenido tiene su resultado.